Internos cristianos de una prisión en California están estudiando para convertirse muy pronto en evangelistas y sembradores de iglesias, tan pronto como recuperen su libertad.
Unos 900 reclusos de 18 prisiones participan del programa, que es el resultado de una colaboración entre World Impact y Prison Fellowship, y que dura 42 meses. El mismo se imparte a modo de seminario y clases preparadas para entrenar a los convictos para servir a las comunidades pobres.
El año pasado se graduaron diez hombres y se espera que 14 más lo hagan este año. El programa se ha extendido hasta recintos carcelarios en Michigan, Florida y Colorado, donde ya también han comenzado a impartir estas clases a los internos conversos a la fe cristiana.
“Cuando le digo a la gente que estoy agradecido por los 15 años y 4 meses que estaba condenado, la gente me mira como si estuviera loco o tal vez en algún tipo de dosificación, y se preguntan ¿Por qué? y les digo: ‘Bueno, entiendo quién es para mí Jesús y realmente me enamore de él y dejé hacer su obra en mí”, dice Robert Ross, un interno, que encontró algo mucho más grande detrás de las barras gracias al curso de seminario de nivel universitario y agrega: “Si no hubiera sido detenido, estoy seguro de que estaría muerto”.
Otras cinco prisiones de California y aproximadamente 220 presidiarios se han integrado. El año pasado, Wayne Hughes Jr., un rico empresario de bienes raíces de Malibu, donó 2 millones de dólares para este programa.
Hughes, es un devoto cristiano y decidió financiar el programa después de visitar la prisión de Angola en Luisiana, donde un programa de seminario similar se les impartía a los internos y gracias a eso se ha reducido drásticamente la violencia.
Fuente: (The Republic / CristianoDigital.net)
