He oído decirlo muchas veces y otras tantas lo he dicho yo, esta frase que mucho usamos como excusa para no dejar una mala práctica y en ocasiones como excusa para conformarnos a una situación o lugar donde no quisiéramos estar.
Es cierto, hay muchas cosas que son más fuertes que nosotros, muchos hábitos que no podemos abandonar, tristezas que no logramos dejar atrás por nuestras propias fuerzas, pero presta atención a la frase: Es más fuerte que YO… Pero no es más fuerte que DIOS.
Si intentamos cambiar nuestra vida con nuestras propias fuerzas solo conseguiremos decepcionarnos y agotarnos, pero si damos lugar al Dios todopoderoso para que actúe en nosotros y nos provea de nuevas fuerzas cada día, si contamos con su auxilio y ayuda sin duda nada podrá hacernos frente.
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Romanos 8:31
“Donde acaban nuestras fuerzas comienzan a actuar las de nuestro Dios.”
