Familias sólidas, en medio de una sociedad en ruinas
Rev. Gustavo Martínez
“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican…” Salmo 127:1.
Lo negativo en el mundo, en nuestros pueblos, no es más que el resultado de la destrucción del núcleo familiar, se han perdido los valores, y los principios. No hay un ejemplo, un modelo a seguir, que sea de responsabilidad, de respeto, honorable; a veces, lo que se tiene al frente es un padre irresponsable, borracho, que está en vicios, cautivo por obra demoníaca; o a una madre en la misma condición; que viven peleándose desde la mañana hasta el anochecer, donde hay violencia, ultrajes, y toda clase de atropellos, eso es lo que los niños desde sus primeros días empiezan a oír y a ver.
¿Cómo podemos exigir y esperar tener una sociedad, una niñez o una adolescencia o una juventud diferente a la que hoy tenemos? Si el núcleo familiar, si el hogar, si la familia están destruidos, no hay estabilidad, ¿por qué? Porque la gente está edificando conforme al designio de su corazón, dándole la espalda a Dios, siguiendo vanas filosofías y huecas religiones.
¿En qué mundo estamos viviendo? Se pregunta la gente cuando ocurren asaltos, asesinatos violaciones, entre otros males de la sociedad. Países civilizados, aparentemente muy adelantados, donde cualquier hombre armado en la calle le apunta a una multitud y mata a varias personas de un momento a otro, y uno dice ¿Por qué tantos locos? ¿Qué está pasando? Que la gente está lejos del Señor, que no tienen conocimiento de Dios, pero el Señor sigue diciendo a la humanidad: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
¿Cómo puede entonces una familia en este siglo mantenerse estable? Sólo cuando se rinden a Dios y le aceptan como Señor y Salvador de su vida, Él es el único que le puede dar estabilidad a su hogar. Y una familia estable es la que honra a Dios, que sigue las instrucciones del Todopoderoso, esa es una familia sana, libre de alcohol, libre de drogas, libre de brujerías, libre de vicios, libre de toda atadura.
La familia estable, es la que se mantiene en medio de las circunstancias, firme como se mantuvo el hogar de Noé, en medio de una generación perversa, de una generación que le había dado la espalda a Dios, pero a pesar de todo eso había un hombre que cada día oraba, que dependía y amaba a Dios. Esta familia sobrevivió, porque estaba fundada sobre el fundamento poderoso de Dios, el fundamento inconmovible.
Fuente: Impacto Evangelístico