La compleja situación del celibato que complica a la Religión Católica frente a las denuncias de perversiones al interior del clero
Es importante definir que una cosa es la abstinencia sexual y otra muy distinta el celibato. Según el psicólogo Marco Antonio Grez, la abstinencia en una persona sexualmente activa, es anti natura, “al reprimir ese impulso puede derivar incluso en algunas sicopatologías como perversiones, porque el cuerpo sigue pidiendo la actividad sexual.”
El psicólogo Grez, explica que algunos religiosos o religiosas “utilizan el cilicio para castigar la carne”.
El cilicio es un instrumento una especie de alambre con púas que se las colocan en las piernas o muslos. La idea es apaciguar todo tipo de deseo carnal. Aunque llame la atención, es una práctica autorizada por la propia religión católica e incluso su uso tiene una connotación espiritual.
El profesional Grez aclara que “no existe la ‘a sexualidad’ porque el ser humano desde que nace e incluso desde que está en el vientre materno es un ser sexual. Entonces existen sacerdotes heterosexuales, existen sacerdotes homosexuales, y quizás de que otro tipo, pero no existen clérigos a sexuados.”, enfatizó.
Ahora independientemente de la opción personal en este caso de elegir la vida del sacerdocio, existen lo que se llama sueños húmedos, esto quiere decir que independientemente del cargo al interior de la iglesia, mientras duermen, el cuerpo reacciona ante las necesidades fisiológicas. En otras palabras, los que logran controlar su deseo concientemente en algún momento, el inconsiente reacciona, en este caso durante los sueños. Ante esta situación hay sacerdotes que se auto flagelan, o aplican el cilicio, porque se sienten culpables.
Fuente: www.cambio21.cl
El abuso sexual a niños por parte del clero católico, es una más de las tristes y catastróficas consecuencias que ocurren en la religión católica por desobedecer abiertamente la Palabra de Dios, inventando dogmas humanos y prohibiendo el matrimonio entre sus clérigos, siendo que Dios claramente dejó establecido en su Palabra que:
“…es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer…” (2 Timoteo 3:2).
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. (Génesis 2:24).
Sólo existe una única y suficiente fuente de autoridad para regir la vida de los hombres y mujeres, y ésta es la Palabra revelada de Dios a través de la Biblia.
Cuando las instituciones religiosas, los gobiernos y los hombres se empecinan a desobedecerla, inevitablemente se cosecharán horribles consecuencias. Dios nos ha mostrado en su Palabra, la mejor manera de poder vivir una vida plena, feliz y llena de paz entre los hombres y Dios. Lástima que los hombres se empecinen a rechazarla vez tras vez.