Ayes… Ay, Ay, Ay
Los que insisten en desafiar y resistir al Dios soberano, no tienen idea de las consecuencias que se están buscando. Puede ser que en el presente estén saboreando los deleites del pecado, pero los frutos que habrán de cosechar en su tiempo serán bien amargos. ¡Cuánta compasión nos merecen los que, pudiendo disfrutar de la luz, prefieren permanecer en tinieblas!
Cuando a los esclavos en América les fue otorgada la libertad que tanto habían anhelado, algunos de ellos no lo podían creer. Habían estado tanto tiempo sujetos al yugo de esclavitud que, siendo tal noticia una hermosa realidad, la que por tanto tiempo habían estado esperando, prefirieron seguir… esclavizados.
Así también pasa con los esclavos del pecado. Habiendo venido Jesús a libertar a los cautivos, una gran cantidad de amadores de los deleites más que de Dios, prefieren quedarse en la esclavitud y en las tinieblas, despreciando la vida abundante que Jesús vino a darles.
Isaías 45:9 – ¡Ay del que pleitea con su Hacedor!
Isaías 5:20 – ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno, malo;
que hacen de la luz, tinieblas y de las tinieblas, luz; que ponen lo amargo
por dulce y lo dulce, por amargo!
Isaías 5:11 – ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la
embriaguez; y se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
Lucas 6:24 – ¡Ay de ustedes, ricos! porque ya tienen su consuelo.
Mateo 23:23 – ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Por fuera se
muestran justos pero por dentro están llenos de hipocresía y maldad.
Miqueas 2:1 – ¡Ay de los que piensan iniquidad y maquinan el mal, y en la
mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!
Isaías 10:1 – ¡Ay de los que dictan leyes injustas …!
Mateo 18:7 – ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que
vengan tropiezos, pero ¡Ay de aquél por quien viene el tropiezo!