Octava Convención Nacional MMM Uruguay

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Un país, diecinueve departamentos, casi ciento ochenta mil kilómetros cuadrados, más de tres millones de habitantes… Una obra en expansión con un mensaje que transformará a la nación. Uruguay se vistió de gloria para vivir la Octava Convención Nacional del Movimiento Misionero Mundial.

Del 6 al 9 de noviembre la obra en Uruguay celebró su encuentro anual con alabanza, adoración, palabra de Dios y un gran mover del Espíritu Santo.

Esta fiesta espiritual que comenzó el día jueves 6 fue engalanada con visitas especiales. Entre ellos nuestro amado reverendo Humberto Henao oficial de la obra a nivel internacional; reverendo Gerardo Martínez desde Chile, supervisor del cono sur, quien asistió en compañía de parte de su familia; reverendo Ismael Parrado, supervisor de la obra en Argentina junto a su esposa y el pastor Eliezer Navas desde Colombia.

La convención en Uruguay contó además con la asistencia de una importante delegación de casi setenta hermanos que desde la República Argentina se acercaron al vecino país para apoyar la obra y compartir las bendiciones de Dios, entre ellos hermanos colombianos y peruanos, además de visitas llegadas desde Porto Alegre, Brasil. Por otra parte hermanos de todo el mundo se unieron a la convención a través de la transmisión on line en vivo realizada por Impacto Pentecostés.

Seis gloriosos cultos donde Dios derramó de su presencia fueron llevados a cabo en esta Octava Convención en Uruguay. El culto inaugural fue presidido en la Palabra por el Reverendo Humberto Henao quien predicó la palabra de Dios basado en Josué 14: 6-12. Dando comienzo así al mover de la presencia de Dios en esta fiesta espiritual. Este glorioso culto fue el disparador que movió al pueblo uruguayo a vivir la Convención de forma única y a generar conciencia de lo que Dios está construyendo en esta nación para y a través de su obra.

Jóvenes, damas, niños, y hermanos en general también se hicieron partícipes de la convención trayendo especiales de gran bendición para el pueblo asistente.

El día viernes ya con la delegación llegada de Argentina presente, el templo se vio colmado hasta sus puertas por la gran asistencia. En la mañana el pastor Eliezer Navas fue el encargado de ministrar al pueblo con el mensaje de la Palabra de Dios bajo el tema “Beneficios del que busca a Dios” (Salmo 34:10)

Delegaciones de varias partes del país ya decían presente, Artigas, Canelones, San José, Cerro Largo, Durazno, Colonia, hermanos de distintas partes de estos departamentos de Uruguay junto a sus pastores se unieron al pueblo que vivió esta Octava Convención Nacional.

Y en la noche del viernes las bendiciones continuaron, el reverendo Ismael Parrado ministró la Palabra de Dios basado en 2 Samuel 10. Haciendo un llamado de parte del Señor al pueblo a apoyar a las autoridades espirituales y quienes nos presiden en el ministerio, a ser un sustento como iglesia para la obra y para nuestros pastores.

La hermana Maritza de Martínez, esposa del reverendo Gerardo Martínez, quienes asistieron acompañados por su pequeña hija Amanda, fue quien trajo el mensaje el día sábado por la mañana en un culto marcado por la presencia de Dios en que predicó bajo el tema “El Peligro de hacer lo que a uno le parezca”

Ese mismo día y como no podía ser de otra manera, y en la unidad y gran corazón misionero que caracteriza a nuestra obra, el sábado por la tarde, una vez finalizado el culto matutino, la delegación argentina encabezó un precioso evangelismo en el que hermanos de distintas partes se sumaron para recorrer una de las principales avenidas de la ciudad de Montevideo con tratados, carteles y altavoces proclamando la palabra del Señor, cantando e invitando al pueblo uruguayo a asistir a la convención. Fue una instancia llena de gozo, donde los hermanos compartieron experiencias, y el mensaje de salvación se hizo oír una vez más por las calles de Montevideo, capital de Uruguay.

Esta fue, como es característico de las convenciones de nuestra obra, una convención marcada por la ministración del Espíritu, en que fueron numerosos los llamados al altar y pudo apreciarse a decenas de personas que pasaron rindiendo sus corazones y sus vidas ante el Señor. Pero un mover especial de Dios se dio el día sábado en la noche, servicio en que el reverendo Gerardo Martínez llevó el mensaje de parte de Dios basado en Génesis 15:1 y el tema: “La Importancia de ser poseído por una visión de Dios” y un tremendo derramamiento del Espíritu Santo se dio luego de la Palabra. Gran parte de la asistencia intentó acercarse al altar que estaba colmado de almas siendo llenas del Espíritu.  Nuevas lenguas, danzas, adoración y gloria de Dios se manifestaron en un culto lleno de poder.

Como broche de oro de esta fiesta espiritual, el domingo por la mañana se realizó el culto misionero. Un desfile de banderas y hermanos en representación de las distintas iglesias del país recorrió el templo al son de las voces que entonaban “Gloria, gloria, aleluya”. La iglesia se vistió de múltiples colores alzando banderas de todos los países del mundo para realizar la oración por la obra del Señor. Este culto misionero estuvo a cargo del reverendo Humberto Henao en la Palabra y como a lo largo de toda la convención ésta caló hondo en los corazones de los que han sido llamados a la obra, hablando bajo el tema: “La necesidad, el instrumento y los recursos”. El Señor trató con su pueblo en cuanto al servicio y la entrega a la obra misionera a través de la historia del profeta Jonás, relato bíblico en que el Señor inspiró el mensaje a su siervo. Una vez más el llamado al altar mostró la forma en que Dios trabajó en los corazones a lo largo de estos gloriosos cultos. La ceremonia de promoción de obreros fue el especial cierre de este servicio.

En cada detalle de este poderoso evento Dios mostró su respaldo hacia la obra que se encuentra en expansión en Uruguay. El Señor habló a través de la Palabra y derramó de su espíritu sobre el pueblo que salió renovado y fortalecido. Fue una bella instancia en que hermanos de distintas partes del país y del mundo tuvieron la oportunidad de confraternizar y compartir las grandes bendiciones del Señor. Una vez más podemos decir que la obra del Señor no se detiene y que seguiremos avanzando mientras el día dura.

Agradecimiento es lo que resta, primeramente a nuestro amado Dios por su respaldo a su obra, su gracia y amor inigualables sin el que nada de esto sería posible y a todos los hermanos que asistieron y trabajaron para hacer de la Octava Convención del Movimiento Misionero Mundial en Uruguay una fiesta espiritual inolvidable! Toda la gloria y la honra sea a nuestro Dios!

 

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