Últimos Tiempos

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Ultimos TiemposApreciados hnos y amigos, que el Señor les bendiga. Nunca estaremos equivocados al decir que vivimos hoy en los últimos tiempos. Tanto la redención por Jesucristo como la fundación de la Iglesia del Señor, son grandes metas hacia las cuales se dirige la historia y los eternos propósitos de nuestro Dios, 1Cor:10:11; Heb.1:2. En otras palabras los tiempos finales empezaron con la venida del Hijo de Dios hace más de dos mil años. Ya no podemos esperar a uno mayor o un poder superior o un amor más profundo. El cielo nos entregó lo máximo. Se puede afirmar en base a la revelación bíblica que estamos viviendo los últimos minutos del día de salvación. En Apocalipsis Cap.14, la Palabra de Dios nos descorre el telón de la historia y presenta el último gobernante mundial conocido como el anticristo. Este líder astuto y entendido en enigmas, lo cual indica que resolverá los grandes problemas económicos, políticos y sociales que hoy abaten al mundo, será aclamado por todos como la más completa respuesta universal. Las Sagradas Escrituras describen su verdadero y siniestro carácter denominandolo la bestia. El logrará someter casi a todo el mundo incluyendo a los judíos a quienes engañará para que lo acepten como su Mesías. Uno de sus medios de presión para controlar será EL COMERCIO. Apo.13:16-17, nos dice: “y hacía que a todos pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente; y que ninguno pudiese COMPRAR ni VENDER, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia o el número de su nombre.” Podemos entender entonces que en los días del anticristo el comercio estará en todo su apogeo y será algo vital para el desarrollo y la convivencia humana. El mundo en nuestros tiempos está preparado para eso. Unas cuantas décadas atrás no era algo tan marcado. En el mundo siempre se ha comerciado o sea se ha vendido y comprado, pero nunca como hoy. El comercio se ha convertido en la columna vertebral del progreso. En el presente la riqueza de un país se mide por el PIB, (producto interno bruto) que es su potencial productor y por lo tanto su potencial de negociar con otros países y generar riqueza. Si un país no puede comprar ni vender ni negociar en este mundo globalizado, estaría condenado a el estancamiento, la inercia y el hambre. Hermanos y amigos el mundo se ha colocado exactamente en el marco que conviene al futuro anticristo. Si unimos a esto el descomunal desarrollo de la tecnología (porque no se concibe el comercio sin tecnología) entonces tenemos un panorama completo, ya que se añade el potencial del CONTROL. Nuestro Dios no se equivoca, la Palabra del Señor no falla. El anticristo dominará y controlará el comercio mundial y desde allí gobernara el mundo. Todo ello con gran astucia, ingenio, engaño y totalmente poseído por satanás. El diablo ofrecerá su cristo o mesías al mundo que ha vivido rechazando al verdadero CRISTO de Dios. Tendrán su Barrabás. Alguno dirá, y la iglesia donde estará ???. La respuesta es que no estaremos en ese tiempo aquí, pues hábrenos sido arrebatados al cielo. En 2 Tes.2:7-8, nos dice “porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio y entonces se manifestará aquel inicuo a quién el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida”. Mientras esté en esta tierra el Espíritu Santo ministrando a la Iglesia de Cristo, satanás no tiene autoridad para hacer todo lo que ya describimos, pero cuando se produzca el levantamiento del pueblo de Dios, con ello el ministerio del Espíritu Santo con respecto a la Iglesia habrá concluido, por lo cual el diablo se abalanzará contra el mundo incrédulo produciéndose todas estas cosas. Ya el mundo clama por su anticristo y el escenario está preparado. Nosotros debemos estar preparados pero para esperar El Señor Jesucristo. Amigo hoy tienes la oportunidad de escapar de el engaño del diablo. Acepta a CRISTO como tu Salvador. Que Dios sea con Ustedes.

 

Rev. José Soto

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